CORVETTE

La historia del Chevrolet Corvette

 

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Los inicios

Todo empezó a comienzos de los años cincuenta, una década vibrante y llena de promesas. La generación del baby boom comenzaba a forjar su propio estilo de vida, uno que apostaba por la modernidad, lo divertido y lo novedoso. Los soldados que habían regresado de la Segunda Guerra Mundial se estaban asentando, formando familias y buscando algo más que estabilidad: querían disfrutar, experimentar, vivir el presente. Y lo mejor de todo, era que podían hacerlo. Había dinero, había optimismo, y sobre todo, había ganas de mirar hacia adelante.

En medio de ese ambiente de entusiasmo, General Motors tuvo una idea brillante: crear Motorama, una exhibición itinerante que mostrara lo último —y lo más soñador— en el mundo del automóvil. Eran verdaderas fantasías sobre ruedas, casi todas salidas de la mente de Harley Earl, un visionario del diseño que cambió para siempre la forma de ver los autos. Él fue quien creó el primer concept car de la historia: el Buick Y-Job, allá por 1938. Pero esa, como dicen, es otra historia…

Motorama: "Parade of Progress"

En 1953, General Motors quiso hacer algo grande, algo que realmente tocara a la gente. Ya no era suficiente mostrar sus autos del futuro en salones cerrados. Querían que todos, en cada rincón del país, pudieran vivir esa experiencia. Así que tomaron Motorama y lo convirtieron en un espectáculo itinerante, algo que literalmente recorriera Estados Unidos de punta a punta.

Y lo hicieron a lo grande. GM creó unos camiones impresionantes llamados Futureliners, diseñados exclusivamente para esta gira. Eran gigantes, brillantes, con un aire futurista que dejaba a todos boquiabiertos. Cuando esa caravana llegaba a una ciudad, era como si el futuro mismo hubiera estacionado en la plaza central. No importaba la edad: niños, jóvenes, adultos… todos salían a verlos pasar. La sola presencia de esos vehículos ya era un espectáculo.

Ese primer año, más de 1.4 millones de personas se acercaron a Motorama. Para muchos, fue la primera vez que soñaron con tener un auto, con viajar por la carretera sin rumbo fijo, o simplemente con vivir en un mundo lleno de diseño y tecnología. Motorama no solo mostraba autos: encendía la imaginación

¿Qué significa Covette?

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos vivía un momento de orgullo y confianza. La gente soñaba en grande, y todo lo que oliera a triunfo era bienvenido. En ese ambiente, el nombre Corvette cayó como anillo al dedo. Sonaba fuerte, veloz… y sí, también tenía un toque de historia militar que conectaba con el espíritu del momento.

¿Pero de dónde venía ese nombre? Pues de las corbetas, unos barcos pequeños pero muy rápidos, que iban por delante de los grandes destructores en las misiones navales. No eran los más armados, pero sí los más ágiles. Eran los que abrían camino, los que se movían rápido, los que sabían esquivar y llegar primero. Justo esa sensación querían transmitir en GM cuando buscaban cómo bautizar a su nuevo deportivo de dos plazas.

Y acertaron. Corvette no solo sonaba bien, tenía alma. Era el nombre perfecto para un auto que prometía romper moldes, que no necesitaba ser el más grande, pero sí el más ágil, el más emocionante de conducir. Así nació una leyenda que, más de seis décadas después, sigue viva. Ya vamos por la octava generación, y el Corvette sigue acelerando corazones como el primer día.